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Mostrando entradas de febrero, 2021

San Petersburgo.

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  El Báltico no pierde su luz pero la sombra que cae sobre San Petersburgo es pesada.       Quizá es porque tu voz va perdiendo nitidez y cada día anuncia que el final de esta historia es inevitable.   Si el amor y el deseo son tan valiosos, ¿cómo nos permitimos extraviarlos en cada noche blanca?   Tu presencia, Evgeni, se escapa como agua entre mis manos.   Y en esta ciudad, sin encontrar otra solución, entierro uno de mis sueños más preciados.   San Petersburgo me sigue recordando a ti. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Luciérnagas.

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    Voy dejando semillas, pequeñas luces como luciérnagas en campo abierto. Son guía ante el desconcierto y el asombro. Me marcan el camino de lo deseado y lo querido, de aquello pensado y esperado.   Todo, parece indicar, se resume nuevamente a una cuestión de tiempo.    El tiempo que une y acerca, que enseña a interpretar silencios.    Tiempo que inventa lenguajes.   Lenguaje de cercanía.   Lenguaje de presencia.    Lenguaje de afecto.    Lenguaje de piel.   Lenguaje de luz que es eterna. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Libertad.

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    No es cuestión de romanticismo, lo sé, porque en mi vida siempre tengo de sobra.    Me contradigo al alejarme de las ensoñaciones que hechizan mientras camino confiando en el instinto.    Sigo la brújula que es corazón.      Sueño en presente, esperando en futuro y, al mismo tiempo, contemplando las huellas que han dejando mis pasos como historia.    Cada decisión tomada es parte de mí. Todo es posible y mejor en este punto que me muestra la experiencia de lo vivido y las posibilidades que ofrece la falta de certeza.   Para bien o para mal, abrazar la incertidumbre me ha enseñado que todo se trata de mantener la esperanza.    Hoy aprendí que la moneda puede estar en el aire pero a la balanza de la vida no le importa mucho el azar. Todo es movimiento y aprendizaje.    Vamos en un camino plagado de señales que hablan con claridad a quienes están dispuestos a escuchar. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos...

Un corazón diminuto.

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    Me he pintado con plumón un corazón diminuto pero muy rojo sobre mi piel.   Me lo dibujé esta tarde en un lugar estratégico para que Fernan riera al descubrirlo cuando viniera a la cama.   Me gusta la sonoridad de su risa, la manera en la que entrecierra los ojos y lo contagiosos que son esos momentos de gozo absoluto.   Desde mi inocencia frente a todo lo que no comprendo sobre el mundo, tengo claro que esa risa y complicidad también hacen que Fernan sea mi hogar. Texto y fotografía: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Descenso.

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    Con el aprendizaje que traen los años he comprendido que el desarrollo interno, el desarrollo del alma, no se trata de recorrer una sola vez el camino hacia mis infiernos.    Hay noches en las que desciendo a mi interior para descubrir y eliminar el ruido de pensamientos pasados.   Entre las inseguridades y temores, doy caza a los demonios que pretenden atarme y sembrar dudas. Destierro monstruos y fantasmas hechos de ideas aprendidas y alimentadas de prejuicios heredados.   Y fortalecida, con la claridad que otorga la libertad en la mente, regreso a tierra firme. Respiro y vivo, observo con ojos nuevos, agradecida por la luz recibida que me muestra el camino hacia la superficie. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Somnia.

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    Eres sueño, camino de luz.   Y ahora que te observo, eres polvo volátil que se esparce por mi ser y llena mi deseo. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Florecer.

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    Observa la manera en la que permanezco, mira la forma en la que vivo y siento.   No te engañes: crezco y me reedifico al amparo de los días y con la luna proyecto mi sombra sobre la jauría de mi instinto más terrenal.   Y después, cuando el deseo duerme, mi corazón convertido en gorrión dedica su canto a los primeros rayos del amanecer.   Soy esa fuerza. Soy esa dualidad.   Y así, entre días y noches decido la manera en la que florezco. Elijo la forma en la que me entrego al amar.    Mi ventaja, Evgeni, es tener claro que pierde más quien no sabe expresar, ofrecer, recibir, ser y estar. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Alfa y Omega.

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    No es fácil encontrar el delgado equilibrio entre la levedad y el peso.   La piel nos llama, mezclada en coincidencia con la mente que se pasea por laberintos que siguen un camino nuevo, descubierto entre lo que tantas veces creímos acostumbrado y aprendido.   Basta una mirada para que el deseo primigenio nos haga perder pie. Desciframos la pertenencia que nos sabe a hogar y logramos congelar el tiempo a placer.   Y este encuentro que guardamos celosamente, conseguido de una manera inexplicable, es quizá la prueba que convierte a la buena fortuna en algo palpable.    Somos dualidad. Alfa y Omega.    Y una vez más sonrío porque eres real.   Gracias por las palabras.   Gracias por el silencio.   Gracias por las miradas.   Gracias por el sendero. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.  

Deshilar el tiempo.

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   El segundero va deshilando poco a poco las horas.   Aquí, en esta noche que parece infinita, me quedo a velar tu sueño negándome a dormir.   Quiero romperte los esquemas. Deslumbrarte. Iluminarte. Bañarte de mí. Revolverte el pelo. Electrizar tu noche. Quiero que mi mirada te haga perder el equilibrio y busques refugio en mí.   Entre el deseo me perderé en ti, tu piel buscará la mía y nuestras bocas pronunciarán esas palabras que solamente los amantes expresan al llegar a la unidad.   Terminaremos rendidos. Abriré las persianas cuando se acerque el amanecer y cerraremos los ojos para respirar mejor la noche que agoniza.    Invocaré al viento mientras se escucha la lluvia. Alejaré las nubes grises hasta vestir el día con un cielo claro. El sol romperá en destellos los techos y se posará en los espejos de agua sobre el pavimento.   Dormirás unas horas más mientras que yo, sabiéndome cerca, por fin podré entregarme al sueño. Texto: Kena ...