Quietud.
En la espera de las almas en los altares he dejado a los muertos descansar en paz. No busco en ellos más señales o mensajes. He encendido una pequeña luz para mis ancestros. La cera que se derrama con el calor de la llama sigue siendo la representación de su existencia. Comprendo, despierto del sueño y tomo consciencia de la cera, de la llama y de la vela. Yo no quiero esperar a que la cera se consuma, quiero que sea la vida la que me inunde. Que el aire purifique, la lluvia lave, de la tierra se coseche y el fuego del sol ilumine. Vuelo, por un momento, avivando el cielo junto a los gorriones. Con mi ser acorazado busco paz en lo que tengo y en todo aquello que quise, pero no se dio. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.