La mirada de Fabio.
Los ojos de Fabio han recogido la memoria de los años.
Las letras nos unieron y el paso de los días nos acercaron. En aquel momento, sin que él lo supiera, reviví y respiré amaneceres.
No hay palabras para agradecer a Fabio toda la paciencia, amor y generosidad con las que me envolvió y me ayudó a extinguir miedos.
¿Qué dice su ser cuando afirmo que estaré con él sin importar lugar o tiempo?
¿Qué dicen sus ojos cuando confieso que lo que siento sobre nosotros es algo profundo?
¿Qué opina de esta oveja negra que sabe que en su vida hay un sitio que lleva mi nombre?
Hay algo en los ojos de Fabio que me hace pensar que no me equivoco. Me mira y es como si me conociera de toda la vida.
¿De cuántas vidas?
A él, que es luz y brújula, le pido que se quede.
Quiero que Fabio venga conmigo, que regrese a casa, que vuelva a mí, que permanezca a mi lado hasta inundar nuestra habitación con la luz de cada día.
Hoy, en la nueva vuelta al sol en su vida, no evitaré dejar testimonio del amor tan profundo que Fabio me hace sentir.
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