Plenitud.

 

  Desperté de la ensoñación sabiéndome completa, con un corazón que irriga, late y me mantiene con vida. 

  Mis pulmones se llenan, encontrado su ritmo, respirando lento o rápido dependiendo de la paz o la excitación.

  Repaso de a poco todo aquello que me conforma y me pertenece de manera íntima, todo lo que la sabiduría de la naturaleza, el universo, deidades o la creación me han concedido.

  En este espacio físico habitan lo intangible de mis pensamientos y mi alma que desborda este cuerpo tan pequeño.

  Soy, existo, siento, vivo, amo, pienso.

  Si hoy te tengo, deseo que sea porque ya no poseo vacíos que puedan ser llenados con tu existencia.

  Y así, los dos completos, podremos iluminar los caminos inciertos. 

  Seremos agua, fuego, tierra y viento. 

Texto: Kena Rosas.

©Todos los derechos reservados.