Solitud.

 



  Tus ojos se quedaron con una ermitaña que no desea tu mirada.

  No se puede intervenir en lo que se quiere o se desea. No puedes pedir lógica ante todo aquello que no eres capaz de comprender respecto a mi naturaleza. 

  Solamente yo puedo decidir salir de las nubes de paz o de tormenta entre las que me escondo.

  Hoy no puedo más que despedir el día con la promesa de encontrarnos de nuevo.

  Si vuelvo a mí, volveré a ti y a lo que verdaderamente es importante.



Texto: Kena Rosas.

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