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Gorriones de invierno.

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    Los últimos gorriones se han ido a buscar abrigo bajo cielos más claros.   Mientras se va posando el frío y el nuevo año está en ciernes, aún no me abandona el inevitable cuestionamiento sobre lo ganado y lo perdido en el último año.   Hay despedidas más dolorosas que otras.    Es probable que tendrán que pasar algunos años antes de que mi mente se llene con las anécdotas y los recuerdos felices acumulados durante una vida compartida.   Y pese a todo, continuamos con lo que nos queda por mucho que se desee detener el reloj, tomarse un respiro y soñar hasta el próximo sol. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados. Imagen con finalidad ilustrativa, los derechos pertenecen a su respectivo autor.

El cuarto ciclo.

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    La ciudad nos recibió con una mañana fría. No es raro que en esta época del año descienda la temperatura, pero el frío golpeaba el amanecer con severidad.   El trayecto del aeropuerto al hotel es de escasos minutos. Ni Fabio ni yo disfrazamos el cansancio, pero aún así conservamos el buen humor.   Si algo he aprendido en el último año, es que a pesar de los días que pueden parecer repetitivos ante la costumbre, la vida no es anodina.   Puede que mis días no son enteramente épicos o emocionantes y que tienden más hacia la practicidad, pero los sigo alimentando con curiosidad, asombro y anhelo. ¿Qué sería de mí si mis pensamientos no transitaran entre lo cotidiano, la esperanza y los sueños?   Aprendí que hay veces en que la muerte es el consuelo y la felicidad para quienes se consumen en el sufrimiento y el dolor que ya no pueden remediarse.   Detrás de las lágrimas quedan los recuerdos que solamente con el tiempo se convierten en pequeñas sonrisas....

Fuego.

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  Dicen que el mundo ya no terminará hundido en el agua, pero sí entre llamas.   ¿Qué haremos si el fuego que nos pertenece se extingue? ¿Será demasiado tarde?    ¿Seremos consumidos y volarán las cenizas dejando al descubierto nuestras cicatrices por todo aquello que hemos sido?   No. Yo sé que no será así.   Es con nuestro fuego que espero la llegada de una claridad tan absoluta que no dejará espacio para dudas.   Este fuego que existe es vida porque somos continuidad, evolución y supervivencia.   Ya no temo a quedar bajo una lluvia de cenizas porque hoy comprendo que siempre hay posibilidad de encontrar esperanza.   Hay noches que parecen no ceder, pero me doy cuenta de que por primera vez mis certezas no titubean. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados. Imagen con finalidad ilustrativa, los derechos pertenecen a su respectivo autor.

Contener.

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    Perteneces a esa parte en mi vida que ya no será.   Escucho el segundero mientras las manecillas marcan una hora incierta. Nunca se sabe qué tan largos son los minutos entre la tristeza y el insomnio.   Una vez más vuelvo a ti. ¿Te quedarás hasta después de que se vaya la noche o te irás cuando el cansancio me haga dormir?   Dime que eres el fantasma que me acompaña y que no vendrán los demonios hambrientos que grabaron tu nombre en piedra.   Por favor quédate un poco más y bailemos lento hasta que el arrullo me duerma.   Por favor quédate hasta que el mundo recupere su claridad.    Por favor quédate hasta que obtenga las respuestas que el cielo me niega.   ¿Me amarás desde tu silencio o todo lo que hemos sido se difuminará? Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados. Imagen con finalidad ilustrativa, los derechos pertenecen a su respectivo autor.

En el exilio.

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    Desde mi balcón observo que las copas de los árboles reclaman su espacio a través de la densidad de la neblina. Me gusta llenar mis pulmones con el aire frío mientras la mañana se va anunciando con la incipiente luz.    Confieso que espero ilusionada el momento en que los árboles comiencen a mudar sus hojas con el cambio de estación. Sé que es un error no anclarme al presente, pero el porvenir me ofrece el consuelo de la esperanza.   En este tiempo de silencio llegaron nuevas voces para acompañarme. Hemos compartido el pan y la mesa mientras las risas aparecen y la charla corre libre. Me gusta pensar que el exilio elegido me ha enseñado a mirarme más allá de los cambios obligados.    Hoy he decidido comenzar a dejar ir el luto con agradecimiento.   Hoy he roto el silencio dejando que el amor me atraviese.  Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados. Imagen con finalidad ilustrativa, los derechos pertenecen a su respectivo autor.

El alma que respira.

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    No vi un túnel de luz. No esperaban por mí aquellos amores que he perdido. No vi ancestros y ninguna divinidad tomó mi mano dándome la bienvenida.    Lo que experimenté fue una tibieza que me abrazaba de manera protectora. No había preocupaciones ni pensamientos más allá de esa sensación de paz que experimentaba.   Me invadió el deseo de no salir de ese estado pues quería permanecer inmersa en ese pequeño capullo que para mí era el universo entero.   Al regresar, junto a mi primera bocanada se quedó grabado ese momento de paz infinita que experimenté.    Cuando vuelven esos recuerdos también revive la incertidumbre de no saber si aquella experiencia fue solamente la creación de los impulsos eléctricos de mi cerebro frente a la pérdida de los sentidos.   Sigo sin saber sobre el misterio de la muerte y tampoco sé si existe el paraíso.   En estos meses he experimentado el duelo que deja una pérdida tan profunda como definitiva.  ...

Bajo la luz invernal.

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    La vida va despertando con la pálida luz de esta mañana de invierno. El frío se cierne sobre la piel mientras una ciudad hecha de nieve se aprecia por la ventana.   En medio del paisaje blanco busco el calor de mis deseos para mantenerme en el presente.   Creo en el equilibrio natural en el que la cosecha llega a su tiempo.    Con los años a cuestas vivo la aceptación y el perdón ante aquellos momentos en los que me castigué con severidad pensando  que pude reaccionar de forma distinta ante ciertas cosas en mi vida.   He descubierto que hay hilos invisibles que últimamente mueven mi existencia para enfrentarme a lo que me parece absurdo. ¿Cómo evitar ser arrastrada por las consecuencias de las decisiones que tomó alguien más?   Veo con mirada compasiva todo aquello que es inevitable en los días. La esperanza me sigue brindado balance y consuelo ante la incertidumbre del porvenir. Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.  ...