En el exilio.

 

  Desde mi balcón observo que las copas de los árboles reclaman su espacio a través de la densidad de la neblina. Me gusta llenar mis pulmones con el aire frío mientras la mañana se va anunciando con la incipiente luz. 

  Confieso que espero ilusionada el momento en que los árboles comiencen a mudar sus hojas con el cambio de estación. Sé que es un error no anclarme al presente, pero el porvenir me ofrece el consuelo de la esperanza.

  En este tiempo de silencio llegaron nuevas voces para acompañarme. Hemos compartido el pan y la mesa mientras las risas aparecen y la charla corre libre. Me gusta pensar que el exilio elegido me ha enseñado a mirarme más allá de los cambios obligados. 

  Hoy he decidido comenzar a dejar ir el luto con agradecimiento.

  Hoy he roto el silencio dejando que el amor me atraviese. 



Texto: Kena Rosas. ©Todos los derechos reservados.

Imagen con finalidad ilustrativa, los derechos pertenecen a su respectivo autor.



Comentarios

Entradas populares de este blog

El segundo ciclo.

Soles.

Lo eterno.