Reflejo.

 

  Tengo una taza de café esperando por mí sobre la mesita de noche. Probablemente deba dejarla a un lado para evitar dar vueltas en la cama. No puedo dormir hasta entrada la madrugada, cuando comienza a posarse el sueño sobre mi cuerpo.

  A veces pierdo las horas frente al ventanal de acceso a la terraza, mirando las luces de la ciudad y poniendo atención al sonido de los árboles que se mecen con el viento.

  El cristal me devuelve un reflejo que a veces desconozco pues me pierdo entre ensoñaciones. 

  Dicen que los sueños son mensajes cifrados, pero parece que soy incapaz de interpretarlos.

  Mis labios añoran tu beso, pero transformo la ausencia para que ya no duela.

  No hace falta confesar que en este preciso instante desearía estar ahí, contigo, y olvidarme de las horas mientras subo lentamente por tu cuerpo.

Texto: Kena Rosas.

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