De otro tiempo.

 

  Me han dicho que soy una mujer de otra época porque mancho mis dedos con tinta al llenar cuadernos con letras.

  Escribo cartas aunque no siempre tengan destinatario y dejo que vuelen palabras sin esperar respuesta.

  A veces sueño con ser locamente amada, pero el amor que poseo me ha transformado, obligando a reinventarme cuando ha movido mis cimientos. 

  Y es que la vida empuja a crecer, a fortalecerse o morir. Con los años vamos por caminos pacíficos o intensos, senderos de los que nunca salimos ilesos.

  Si pertenezco a esta época o a otra, estoy llena de vidas soñadas y anheladas que conviven sin dejar en el olvido esta existencia que alimento cada día. 

  Justo ahora que me pierdo entre mis pensamientos, el frío de la mañana me trae de vuelta. 

  Ya habrá tiempo para escribir y buscar orden a mis letras. 

  Mi alma tendrá que esperar para salir con los gorriones que cantan desde las ramas de los árboles. Ellos también disfrutan del sol que va cayendo lentamente sobre cada uno de los tejados.


Texto: Kena Rosas.

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