Veredas.

 


  El verano se ha ido diluyendo con la lluvia. No fue necesario que el calor se disipara entre las aspas de un ventilador.

  La lluvia como protagonista principal de las últimas semanas ha dado un sabor especial a esta estación. Bajo otras circunstancias disfrutaría de las tardes grises, pero últimamente mi mente está un poco adormecida.

  Entre las ensoñaciones, me pregunto si todo el amor que siento es imaginario y dejará de serlo con un golpe de realidad.

  Del amor no hay quien se proteja. No poseo la sangre fría, planes o estrategias para obtener inmunidad ante los sentimientos. 

  La inteligencia emocional no es un manual infalible que muestre dónde o cómo hallar el "verdadero camino". El sendero se bifurca continuamente en veredas que se extienden y conducen mi corazón al encuentro de distintas personas, situaciones y experiencias.

  La única certeza que poseo es la responsabilidad de mi amor vertido en alguien más.

  

Texto: Kena Rosas.

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