Fronteras.

 


  Es una de esas noches raras que traen la promesa de días luminosos. 

  Estas horas transcurridas han sido para pensar, para ir más allá de las palabras y abrazar la incertidumbre y el desconcierto.  

  Me cuesta aceptar que no hay manera de resistirse a lo ineludible y que es terrorífico dar un paso fuera de los límites porque la mente se encarga de idear los peores escenarios.

  La esperanza me tranquiliza un poco. 

  Con el aroma a café recién hecho comienzo a hurgar en mis recuerdo hasta encontrar un fragmento de tus ojos.

  Voy aprendiendo a soñar con los pies anclados a la tierra.

  Pienso, siento, vuelvo a pensar y termino sintiendo.

  Deseo recibir una sonrisa cada mañana, esperar el fuego en el cielo por la tarde y murmurar palabras de amor por la noche.

  No me importa la falta de certeza ni el temor acumulado pues esta noche he decidido derribar nuestras fronteras.


Texto: Kena Rosas.

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