Un nuevo comienzo.

 


  Mi cuerpo experimenta un sentimiento desconocido. Estoy entre la espera y el deseo. No hay temor.

  Mis pensamientos se ven interrumpidos por el nulo silencio que existe en los aeropuertos. Siempre me han parecido un mundo aparte, un sitio cosmopolita conformado por personas de distintos lugares y cuyas historias son únicas. Gente decidida a escapar buscando ver otro lado del cielo, gente que va por vez primera, personas que caminan en automático acostumbrados al trasiego, hombres y mujeres de negocios, familias enteras. Personas con cientos de sueños y universos.

  No importa el cansancio reflejado en mis ojos ni los nervios que mantengo atados.

  Me dejo llevar, poco a poco me voy acostumbrando al ritmo y al sonido de otro lugar. 

  No sé si en mi rostro se refleja la espera, la decisión de atravesar el mar y miles de kilómetros, horas y horas para llegar justo a este momento. 

  Hay mucho que quisiera decir sobre los que estamos presentes sin estarlo.

  Todo el cansancio parece disuelto en medio de ese ruido. La adrenalina sube, se desborda con cada uno de mis pasos.

  Y, finalmente, estoy aquí. Te reconozco enseguida. A ti, al extranjero que poco a poco dejó de ser un extraño.

  Sonrío ante este nuevo inicio. El ruido ya no existe, no lo percibo. Este otro mundo me recibe. Sutilmente me abraza, me regocijo sabiendo que el futuro me regalará días de sol y lluvia.



Texto: Kena Rosas.

©Todos los derechos reservados.


Comentarios

  1. Excelente texto.
    Caminhando para o futuro, com ansiedade no olhar e o coração cheio de esperança!
    Gostei muito!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oi! Obrigado por suas palavras e por visitar meu blog. Eu te mando um grande abraço. 😊

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El segundo ciclo.

Soles.

Lo eterno.