Veintiuno.

 



  A veces juego y encuentro magia en los números.

  Veintiuno puede ser doce y también puede ser tres.

  En tres se divide el tiempo, es el pasado, presente y futuro. En la triqueta del espíritu, mente y cuerpo se encuentra la unidad. Vida, muerte y renacimiento.

  Doce como ciclo que constituye un año, meses en que el mundo tarda en dar una vuelta al sol. Doce constelaciones que rigen signos, doce en el reloj señalando el mediodía y enamorando a medianoche.

  Veintiuno es el día marcado en el cambio de estaciones, solsticios que indican el movimiento de la vida que nace en primavera y dormita pacífica durante el invierno. 

  El veintiuno es algo que nos acerca: es el día en que dimos el primer respiro en esta vida, cuando nuestros ojos se cegaron ante la luz intensa del mundo que nos recibió.

  Hoy no quiero saber acerca del azar, por favor no me hablen de datos y estadísticas que no deseo escuchar.

  Soy alguien que sueña y encuentra gozo en las pequeñas coincidencias.



Texto: Kena Rosas.

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