Cicatrices II.

 

  Fernan recorre lentamente mi espalda, con las yemas de sus dedos escribe palabras ininteligibles en un acto inconsciente antes de quedarse dormido.

  En noches como hoy, me gustaría borrar algunas marcas de mi cuerpo. Mi piel, como lienzo, cuenta historias que poco a poco dejan de ser reservadas.

  Y aquí, al final de este día y con Fernan a mi lado, comprendo que mis cicatrices son la prueba máxima de lo ganado, de lo aprendido, de lo descubierto y, sobre todo, de lo que tuve que superar para estar junto a quien hoy es tan amado.

Texto: Kena Rosas.

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