Camino interior.

 

  En este sendero llamado "vida", no aceptemos menos de la luz que emitimos.

  Me he tomado el tiempo para descubrir mi esencia, serle fiel, sanar mis heridas, amar, soñar, confiar y mantener la esperanza que me da fuerza.

  En el crecimiento a través del aprendizaje entendí que hay un momento y un sitio para todo. Y aquí estamos, tú y yo.

  En este mundo tan dispar, nos mantenemos fuertes, viviéndonos cada día y construyendo con verdad.

  Las palabras encierran universos y las palabras que te digo son más que un "Te amo", porque voy descubriendo tu alma. 

  Hoy te confieso que te amo como un todo, como el hombre que ha tenido su propio viaje y su propio camino hasta llegar aquí. Amo esa alma tuya que ha pasado por los lugares más oscuros y ha elegido quedarse con los días más claros.

  Te veo y siento descanso y calma. Encuentro la pertenencia que solamente puede ofrecer el verdadero hogar. 

  Gracias, porque también me ves y me alientas. Gracias, porque tampoco juzgas temores o inseguridades. 

  Y fieles a nuestra esencia, construimos, acertamos y rectificamos.

  El alma lo sabe, el instinto, el deseo y la piel lo saben. No tengo miedo a estar en ti porque tú existes en mí.

  Nunca olvides, Fernan, que somos y seremos luz, espejo y reflejo.

Texto: Kena Rosas.

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