Reflexiones otoñales.
El caer de las hojas me recuerda al ciclo de la vida. Los más poéticos dirán que la Madre Naturaleza llora mientras los árboles se van quedando desnudos. Para mí, es la época en la que todo comienza a prepararse para la primavera.
Este año ha estado lleno de todo tipo de emociones y ahora que es otoño, los paisajes adquieren un tono más melancólico.
Quizá sea que me invade la incertidumbre y, aunque las casas pronto se llenarán de altares y ofrendas, no deseamos hablar sobre la gente que muere cada día. La muerte es un tema tabú del que no se habla pese a nuestras tradiciones de Día de Muertos.
Esta festividad siempre invita a una reflexión profunda pero, en mi caso, 2020 me ha obligado a pensar e intentar resolver preguntas esenciales desde hace varios meses.
Antes de abril, no pensaba mucho en ese final que un día me llevará unos palmos bajo el suelo aunque, confieso, llevo muchos años pensando y leyendo sobre lo que existe "más allá".
Para mí ha sido indispensable conocer lo esencial. Y algo esencial es cuestionarme lo que filósofos y pensadores se han preguntado desde la antigüedad: ¿Qué sentido tiene todo? ¿Qué pinto yo en la vida? Y después, ¿qué pasará?
Y así como las veladoras y flores, el papel picado, las calaveritas de azúcar, el pan tradicional y la comida son ingredientes de los altares, el gran ingrediente de mi historia es el amor. No es algo fortuito o romántico pues el amor es el principio básico de filosofías milenarias, religiones y teorías elaboradas.
Veo necesario incluir al amor en mi sentido de vida. La luz que de él emana es parte de la rosa de los vientos que me guía.
Sobre las pérdidas, las abordé en "Miedos y desapariciones". Ahí hablo acerca de los dos tipos: la pérdida de los que se han adelantado en el río de la vida y la pérdida de seres magníficos que, por alguna causa, se han alejado.
El amor me ayuda a superar las pérdidas.
Con los seres queridos que han fallecido, después del luto y del dolor, su recuerdo adquiere un valor envuelto en un amor que no desaparece. Y ese amor se convierte en madurez, algo que me ayuda en los momentos de desfallecimiento y se convierte en un pensamiento que me anima a luchar.
Esto se explica muy bien en un diálogo de la obra de "El Rey Lear", cuando el padre dice a su hijo: "..Allá en las estrellas están los reyes que nos miran. Cuando yo esté allí estaré mirándote, no te dejaré."
Sobre la pérdida de personas que se han ido con el tiempo, cuando les dedico un pensamiento deseo su bienestar.
Existe un lazo entre los que han tomado otro sendero y yo. Y esa comunicación invisible no tiene que ver con fantasmas, es un lazo que me acompaña, que me conforta y que está trenzado firmemente con amor.
¿Si el amor no ha nacido para ser eterno, entonces no ha existido?
Lamento decepcionarlos. El amor hacia las personas que tomaron otro camino también puede ser atemporal y existir en mi vida como fuerza creadora.
El amor, en mi caso, no se puede planificar. A veces me siento sorprendida porque surge pese a todo pronóstico o tiempo.
Texto: Kena Rosas.
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😉 👏👏👏 ¡Muy bonito escrito!
ResponderEliminarAlets.
Sentir é único, como para cada um é uma íris e impressões digitais. Eu penso que amor é uma intransigência dessa ilusão que a gente ainda acredita. Amar é bom nos quinze segundos do orgasmo, isso eu sei. O demais, eu não tenho "ciência" para reconhecer. Porque de família não é amor, é uma constelação de planetas e galáxias, como raízes nas florestas, família e amigos é natureza. Amor tem um que de procriação que nem sei porque não aparece no DNA da gente.
ResponderEliminarGrande abraço! Gostei de te ler e feliz domingo.
Oi! Obrigado por visitar o meu blog. O amor é uma das coisas mais importantes da minha vida. É um dos meus principais pilares.
EliminarUm grande abraço para voce.