Huellas.


  Me acerqué al sol como Ícaro y la cera de mis alas también se derritió.

  Nadie se esperaba que sobreviviera a la caída y uniera cada fragmento de lo que quedaba de mí. 

  Fui reconstruyendo con paciencia cada parte, muy lentamente. 

  La esperanza que pensé perdida no me había abandonado. Ella resurgió para levantarme. 

  Hoy, con la distancia que proporciona el tiempo, descubro que no deseo borrar las huellas que dejaron marcas sobre mi cuerpo.

  A las cicatrices también hay que cuidarlas. Ellas son un mapa, el recuerdo del camino que no estoy dispuesta a recorrer de nuevo.

  Mis alas ya no están hechas de plumas y cera.

  Fortalecida, levanto nuevamente el vuelo.

  He retirado las nubes grises que estorbaban. Sonrío porque el cielo es más azul.
  
  Al fin he logrado conquistar mis tormentas.




Fotografía y texto: Kena Rosas.

©Todos los derechos reservados.
 

Comentarios

  1. Si me caí es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas. Galeano. Me encanta esta frase.
    Gran texto. Nada nos impedirá seguir caminando.
    Buen jueves Kena. Cuídate.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Adorei isso, de as cicatrizes serem o mapa das nossas experiências. Lindo! Grande abraço e ótimo fim de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oi! Obrigado por visitar o meu blog. Um grande abraço para você.

      Eliminar
  3. Las muescas, las heridas, también forman parte de nosotros. Nos construyen y conforman, y, sin muchas de ellas, quizás no estaríamos aquí.
    Precioso.
    Como tú.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, también te quiero. Te envío un abrazo enorme. 😊

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El segundo ciclo.

Soles.

Lo eterno.