Evgeni.
Aún queda el eco de esos días, con sus recuerdos blancos de frío y nieve. Días que se posan, irónicamente, tibios y cercanos sobre mi piel.
Me invade la nostalgia de tu sonrisa, de tu andar venturoso por las calles de San Petersburgo.
Evgeni, ya no hay palabras. Hoy me siento incapaz de responderte. ¿Qué más puedo decir a alguien que ha dejado claro que no ama fácilmente?
Lo sé con certeza: No estaré, no aguardaré.
No volverás a posar tus ojos sobre mí.
Nuestra tragedia, querido mío, es que hace mucho convertimos nuestros corazones en piedra.
Texto: Kena Rosas.
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Me ha encantado
ResponderEliminarMuchas gracias, Moira. 💕
ResponderEliminar👏👏👏
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