Reflexiones en días de lluvia.

 


  Me gustan los días en que la lluvia cae ligera, me refiero a ese tipo de lluvia que permite andar sin necesidad de apresurar el paso.

  Me gusta el olor a tierra mojada. Me gusta observar esas pequeñas gotas que se van alojando en las hojas y flores de mi jardín.

  Me gustan los días en que la lluvia se presenta de esta manera porque parece que la ciudad está en pausa, como si se moviera a un ritmo distinto.

  Y aquí, en medio del frío y la humedad que se respira, tengo tiempo para reflexionar.

  Algún día contaré mi descenso a los infiernos y cómo salí de ahí. Mi piel guarda las cicatrices de esa experiencia y mi alma, como la de todos, no es impoluta.

  Conocer y enfrentar a los propios demonios y fantasmas para salir de los infiernos es un proceso largo, muy doloroso. Aprendí que cuando se conocen a los demonios y los fantasmas, es más sencillo hacerles frente. 

  Es mentira que todos los días son maravillosos, que la vida es eternamente luminosa, hecha de purpurina con unicornios y arcoiris. De ahí la importancia de aprender a callar a los demonios y evitar dormir con fantasmas.

  Para algunas personas puede parecer lo más obvio del mundo... pero descubrir que no estoy sola porque ME PERTEZCO, fue el punto de inflexión para entregar (verdadera y profundamente) amor, paciencia, calma y luz.

  Y todo eso que "entrego" es, al final, algo que ya no me pertenece aunque sea una extensión de mí. ¿La razón? Cada persona es responsable del amor que recibe: puede cuidarlo o derrocharlo. Esa no es mi decisión.

  Mis decisiones, al respecto, radican en otras cosas... pero esa es cuestión aparte y que describiré a profundidad en algún texto.

  Disfrutemos la lluvia.



Texto: Kena Rosas.

©Todos los derechos reservados.

Comentarios

  1. Disfrutemos las lluvia, disfrutemos el petricor que deja (aroma a tierra mojada) 🙂👏

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