Llamadas.
Había olvidado el sonido de tu voz. De repente, ahí, los recuerdos se agolparon tras la primera palabra seguidos de una sensación de escalofrío en mi cuerpo.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde aquellos días contigo en Nueva York, de esas noches sin dormir, de la risa y el encanto de quienes se saben enamorados. Desde entonces, la vida nos cambió. La rutina, las obligaciones, el día a día hicieron que tuviera oculta tu presencia, guardada en donde no doliera recordarte. Y ahí, de pronto, con una palabra parecía que volvías a derribar mis muros.
Hemos cambiado, yo he cambiado.
Hemos cambiado, yo he cambiado.
La diferencia entre ésta y la última vez que escuché tu voz es simple: hay alguien más en mi vida.
Texto: Kena Rosas.
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