Ángeles desaparecidos.


  Vine buscando un respiro lejos del caos de la ciudad y descubrí que las noches en Puebla son muy frías. 

  Llegué con la idea de encontrar ángeles paseando al lado de simples mortales, caminando con túnicas y mostrando sus alas de plumas blancas y doradas. Quizá no me los he topado porque tengo la idea equivocada sobre cómo luce un ángel.

  A pesar de lo que se dice sobre esta ciudad, no he visto a ninguno de esos seres etéreos. Supongo que debo conformarme con lo que hay: simples mortales que caminamos con la duda, con la costumbre, con los rituales, con la ausencia o la indiferencia. Los más afortunados también caminamos con esperanza e ilusión, las guardamos para mantener tibio a nuestro corazón en estas noches frías. 

  Así, desconocidos unos de otros, vagamos por la ciudad. Vagamos habitando un cuerpo y, con previo o nulo conocimiento, vamos escribiendo la historia de nuestra existencia.

  No hay ángeles por aquí. Quizá venga a visitarme alguno de los fantasmas que, en noches así, se quedan rondando largas horas por mi cabeza.


Texto: Kena Rosas.

©Todos los derechos reservados.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El segundo ciclo.

Soles.

Lo eterno.